Legislatura: Cambiemos busca blindarse y va por el control total de las comisiones

La Plata, feb 25 (Por José Giménez, de la agencia DIB).- A
menos de una semana para el reinicio de la actividad parlamentaria formal,
Cambiemos ultima detalles para reforzar su posición dominante y “blindarse”
frente el tratamiento sin sobresaltos de leyes clave.

Para ello, este fin de semana terminará de definir el nuevo
reparto de las comisiones de trabajo de las cámaras de Diputados y Senadores, y
todo indica que logrará un predominio casi total, al menos en los espacios más
importantes.

Tal como publicó hoy el diario Extra que edita la agencia
DIB, el reparto que por estas horas se debate en los pasillos de la Legislatura
es uno de los más “rosqueados”: presidir una comisión genera “recursos” para el
elegido, puesto que otorga la posibilidad de contratar asesores y disponer de
una pequeña caja. Pero más importante aún es para los bloques, puesto que permite
definir el temario de las reuniones, bloquear proyectos indeseados y definir
una votación reñida con el doble voto.

Es por ello que el oficialismo comenzó las negociaciones
dispuesto a hacer valer sus abultados números (está a tres bancas del quórum propio
en Diputados y tiene casi dos tercios de los senadores), y todo está encaminado
para que obtenga el control total de las comisiones más importantes, por donde
pasarán los proyectos de ley claves para la gobernadora María Eugenia Vidal.

¿Por qué es importante para el oficialismo lograr este
control? Para que un proyecto sea tratado en el recinto se necesita el despacho
de al menos una comisión de trabajo. Caso contrario, para forzar un tratamiento
“sobre tablas”, es necesario el voto de dos tercios de los legisladores
presentes. Este número es especialmente complicado en Diputados, donde el
oficialismo está lejos, incluso con ayuda aliada.

Es por eso que el control de las comisiones estratégicas
significa para Cambiemos un alivio: podrá así marcar los tiempos de los debates
y llegar al recinto sin sobresaltos, aunque en Diputados seguirá necesitando
aliados para obtener el quórum.

Solo un ejemplo basta para mostrar la importancia de
controlar las comisiones: el año pasado el Ejecutivo vio frenada durante todo
el año la adhesión bonaerense a la nueva ley de Riesgos de Trabajo, ya que en
el Senado no lograba el despacho y no contaba con dos tercios para tratarla “sobre
tablas”. Ya con la nueva conformación, en diciembre, pudo imponer su número.

En Diputados ocurrió algo similar con la reforma del régimen
jubilatorio del Banco Provincia: en una sesión polémica y accidentada,
Cambiemos dependió de la ayuda del bloque de los intendentes del PJ, que dejó
sentados a tres legisladores para asegurar el quórum.

 

El nuevo esquema

En sendos encuentros con sus diputados y senadores, la
gobernadora Vidal adelantó que este año habrá una agenda parlamentaria álgida:
el debate de una nueva la Ley de Obra Pública y la reforma de la Justicia y del
Código Penal asoman como las iniciativas más importantes de un paquete que
promete estar cargado.

Bajo esta premisa, el oficialismo se lanzó a las
negociaciones parlamentarias con la idea de hacer valer su peso y quedarse con
el control casi total del trámite legislativo, en nombre de la
“proporcionalidad”.

En Diputados las negociaciones están a cargo del jefe del
bloque, Maximiliano Abad, y del presidente del cuerpo, Manuel Mosca. Allí el
oficialismo se aseguró el control de todas las comisiones “ministeriales”,
aquellas que tratan temas relacionados con las diferentes áreas del Ejecutivo y
por las que pasan todas las iniciativas oficiales.

Así, Cambiemos tendrá el dominio de Asuntos Constitucionales
(seguirá Santiago Nardelli), Presupuesto (continúa Marcelo Daletto), Obras
Públicas, Seguridad (suena Matías Ranzini, del riñón de Cristian Ritondo),
Salud y Educación, entre otras. En total, el oficialismo aspira a presidir 15
de las 32 comisiones, y controlar cerca de 20.

También apunta a quedarse con la mayoría en dos comisiones
no tan llamativas pero sí estratégicas: Reforma Política y Tierra, Vivienda y
Cooperativas.

En el primer caso, la comisión era presidida por el massista
Pablo Garate. En el oficialismo quedaron muy molestos por la falta de
tratamiento de varias reformas que consideraba claves. Y ante la posibilidad
(remota) de que se cuele en la agenda un debate por cambios en el régimen electoral,
prefiere “curarse en salud” y quedarse con la mayoría.

Tierra y Vivienda, en tanto, no despierta grandes pasiones
entre los legisladores, pero el oficialismo la considera clave porque allí se
tramitan cientos de pedidos de expropiación por año, que luego llegan al
recinto y son aprobados, pero que obligan al Ejecutivo a realizar desembolsos
millonarios o pagar el costo político de derogar beneficios para cooperativas,
organizaciones sociales y trabajadores.

En la oposición, en tanto, hay una puja por Legislación
General, tradicionalmente otorgada a la primera minoría. La comisión fue
presidida hasta diciembre por Rocío Giaccone (ex camporista que hoy integra un
bloque junto a José Ottavis), quien pide reelección. No obstante, Unidad
Ciudadana reclama ese sillón, y propone el nombre de Lucía Portos. En Cambiemos
hay opiniones divididas: si bien le correspondería al kirchnerismo, los
episodios de las últimas sesiones hacen pensar en un cambio de dirección. Así,
podría ser negociada a cambio de “gobernabilidad”, que en este caso se traduce
en la garantía de quórum.

 

Tranquilidad en el
Senado

En la cámara Alta, en tanto, el panorama asoma más sencillo,
puesto que Cambiemos supera ampliamente el número necesario para tener la
última palabra en todas las discusiones.

En este escenario, el oficialismo podría quedarse con las
tres comisiones más importantes, rompiendo la tradición de ceder Legislación
General a la oposición. Así, este espacio podría ser ocupado por el platense
Juan Pablo Allan, mientras que Asuntos Constitucionales continuará en manos de
Nidia Moirano y Presupuesto sería presidida por el “lilito” Andrés De Leo. En
Cambiemos evaluaban además la posibilidad de tener mayoría en todos los
espacios.

 

Las bicamerales en la
mira

Un punto polémico en la decisión será la intención de
Cambiemos de presidir y controlar varias de las comisiones bicamerales que
funcionan hoy en la Legislatura.

Integradas por diputados y senadores (como su nombre lo
indica) y con presidencia rotativa, estas comisiones quedan tradicionalmente en
manos de la oposición, puesto que son creadas para controlar al Ejecutivo en la
ejecución de leyes o préstamos aprobados por la Legislatura. Es por ello que si
Cambiemos mantiene su idea se abrirá un probable frente de conflicto. (DIB) JG