La Plata, ene 17 (DIB).- El ministro de educación de la
Nación, Alejandro Finocchiaro, aseguró hoy que el decreto que modifica las
pautas para la negociación a nivel nacional entre gremios docentes y Gobierno
“no es contra nadie” sino que busca “ordenar” y “poner
blanco sobre negro” en relación a “la confusión que existía cuando se
hablaba de la existencia de una paritaria nacional”.
De esta forma, definió al espíritu del Decreto 52/2018
publicado hoy en el Boletín Oficial que, según dijo, “ordena un montón de
cuestiones que en el anterior decreto reglamentario” del artículo 10 de la
Ley de Financiamiento Educativo “generaban confusiones y
malentendidos” como “la supuesta existencia de una paritaria
nacional”.
En ese sentido, explicó que buscan recuperar el verdadero
espíritu de la ley y ordenar la confusión que impedía el diálogo conducente con
los gremios docentes. “Por un lado, plasma el acuerdo alcanzado entre el
Gobierno y los sindicatos nacionales en 2016 que establece un piso salarial
para todos los docentes del país -equilibra posibles asimetrías de base-,
conformado por el salario mínimo vital y móvil más un 20%”, sostuvo
Finocchiaro.
Además, dijo que por otro lado esta normativa garantiza el
funcionamiento de un convenio marco “con pautas claras que permitan debatir
temas como carrera docente, promoción, derechos sociales, previsionales, etc.,
con la participación igualitaria de todos los sindicatos docentes con
personería nacional”.
En ese marco, el ministro se encargó de resaltar que la
nueva norma “no es contra nadie”, con lo cual aludió a las críticas
lanzadas por el gremio Ctera a la decisión oficial de igualar la representación
de los gremios docentes nacionales en ese ámbito de discusión, cuando la
normativa anterior establecía que debía ser proporcional.
Con este cambio, en los hechos, se le quita poder
de negociación a Ctera. Es que esa normativa es la que establece la
convocatoria a la llamada “paritaria nacional”, la misma que dio origen al
largo conflicto docente del año pasado, ya que los gremios reclamaban esa
instancia para después negociar en cada provincia.
Puntualmente, el decreto cambia el criterio para repartir
los lugares reservados a los gremios en esa mesa de negociación. Con la
modificación se pasa del actual esquema proporcional, vinculado con la cantidad
de afiliados de cada gremio, a la representación pareja, con un representante
por sindicato docente, sin importar el peso específico de cada organización.
En el actual reparto proporcional, Ctera tiene cinco lugares
y los otros cuatro gremios con representación nacional (UDA, Sadop, CEA y
AMET), uno cada uno. El decreto modifica uno anterior, firmado por Néstor
Kirchner en 2007, que reglamentó la ley de financiamiento educativo (26.075).
Pero además, el decreto de Macri establece que ahora no serán cinco sino
cuatro los gremios nacionales que discutirán con el Gobierno: quedará afuera
Sadop, que representa a los maestros de escuelas privadas.
En su artículo 10, esa norma establece que el Ministerio de
Educación, el Consejo Federal de Cultura y Educación y los gremios con
representación nacional se reunirán para acordar un “convenio marco que
incluirá pautas generales referidas a condiciones laborales, calendario
educativo, salario mínimo docente y carrera docente”.
En los hechos, la reforma busca licuar el poder de Ctera,
que representa a más del 70 por ciento de los maestros de todo el país, y cuya
capacidad de presión es clave para definir el éxito o fracaso de los paros
docentes. Ctera hoy está alineada con la CTA más kirchnerista, conducida
por el diputado nacional de Unidad Ciudadana, Hugo Yasky. (DIB) FD