Familiares del municipal asesinado en San Martín criticaron a la intendencia

La Plata, ene 30 (DIB).- Familiares del empleado municipal
asesinado hoy tras ser baleado por delincuentes que se resistieron a ser
identificados, lanzaron fuertes críticas a la intendencia del partido
bonaerense de San Martín por haberlo hecho trabajar de chofer en un patrullero
ploteado y de esta forma ahorrar el pago de un policía adicional.

María Laura Porres, hermana de Jesús Porres, dijo en
declaraciones a la prensa que en el municipio de San Martín “el personal civil
está atado de pies y manos”.

“Los mandaban de apoyo a distintos allanamientos que se
hacían en las villas”, dijo la mujer, que es oficial de la Policía bonaerense y
agregó que su hermano “no era un inexperto” ya que había formado parte del
ejército “como soldado voluntario”.

María Laura afirmó que su hermano recibía directivas de un
superior, “que lo mandaba a identificar motos y vehículos” y que sólo iba
equipado “con dos conos”, por lo que también debió “comprarse su propio equipo
de comunicación”.

“Para completar el día de dolor me acabo de enterar de que
la Policía Municipal de San Martín no les da seguro de vida al personal civil
que se sube a un patrullero que está ploteado”, relató la mujer en la puerta de
la sala velatoria en donde familiares, amigos y compañeros despedían a Jesús.

En tanto, Horacio Porres, padre de la víctima y suboficial
mayor retirado de la Gendarmería Nacional, sostuvo que estaba “totalmente
envenenado” porque su hijo estaba “adiestrado”, al haber pertenecido al
Ejército, y “sabía más que cualquier policía”.

“El capo máximo de la municipalidad manda a trabajar a un
personal civil, como chofer y se ahorra un agente, y él pasa la factura como
que van dos uniformados arriba del móvil”, explicó a la prensa el hombre.

Agregó que su hijo había empezado como soldado voluntario y
luego ascendido a cabo en el Ejército pero al encontrarle una enfermedad en el
corazón, “lo echaron”.

Respecto del supuesto asesino del empleado municipal, pidió
tenerlo diez minutos enfrente para llenarle “la cara de dedos” y exigió a los
gritos “la pena de muerte”. (DIB)