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Es el principal problema que tiene el sudeste bonaerense. Un
relevamiento realizado por el especialista Ramón Gigón arrojó que en un área de
alrededor de 600 mil hectáreas, la mitad presenta esta maleza, que son especies
de nabos que se cruzan con colzas RR. Para la próxima campaña la presencia
crecería al 70%.
Por Juan Berretta / Lamentablemente todo indica que se terminó el reinado del raigrás como la maleza resistente que más complicaciones genera en el sur bonaerense. Y es para lamentarse porque no se debe a que se logró erradicarla, sino que hubo una aparición fulminante de otra especie que en apenas un par de campañas se transformó en protagonista principal de los campos de la provincia.
“Hoy la problemática número uno es la ‘nabolza’, que es una
cruza entre nabos y colza. Relevamos su presencia en el 50% de los lotes de
gruesa de una extensa superficie. Y la campaña que viene la situación
seguramente será peor”, advirtió el ingeniero Ramón Gigón, uno de los
especialistas más respetados de la provincia.
Las primeras noticias de esta maleza aparecieron en 2012, a
partir de un escape de una colza RR sembrada en el sudeste, en el partido de
Gonzales Chaves. Con el paso de las campañas hubo distintos escapes y
cruzamientos entre esas colzas y los nabos y el problema se intensificó y
desparramó. Hasta llegar en el final de la primavera y el inicio del verano de
2018 a convertirse en un factor de máxima preocupación por su difícil control.
“Una de las características distintivas que tiene es que
nace todo el año, porque como viene de una especie cultivada, la semilla no
tiene dormición, entonces está continuamente naciendo. Además, tiene un
crecimiento rápido, elonga rápidamente, en septiembre y octubre observamos que
crecía uno o dos centímetros por día, de modo que enseguida se va de tamaño y
empiezan a fallar los controles”, explica Gigón.
“Y crece inclusive, a diferencia del yuyo colorado, con baja
temperatura. Por eso lo vimos crecer tan rápido en diciembre, que fue bastante
fresco”, el especialista, ex integrante del INTA y hoy asesor privado con base
operativa en Tres Arroyos y un campo de acción en buena parte del sudeste y
sudoeste bonaerense.
La nabolza es resistente al glifosato y a los inhibidores de
ALS, que son los herbicidas que se usan para controlar la rama negra. Y
últimamente varios biotipos están mostrando tolerancia al 2, 4-D. “Entonces se
complica bastante el control porque los herbicidas que funcionan son los de
contacto que es necesaria aplicarlos cuando la maleza es pequeña”, indica.
Escenario
Gigón trabaja y asesora en el tema malezas a más de 120
ingenieros que se desempeñan en los partidos de Tres Arroyos, Coronel Dorrego,
Coronel Pringles, Coronel Suárez, Gonzales Chaves, Benito Juárez, Azul, Tandil,
San Cayetano y Necochea. La información surge a diario, así como las consultas
de los técnicos. Esto le permite al especialista hacer encuestas periódicas y
lograr relevar una amplia superficie, que supera las 600.000 hectáreas para
saber cómo se va modificando el mapa de la resistencia.
El relevamiento realizado hace 20 días arrojó que el 50% de
los lotes sembrados con girasol, maíz y soja tiene presencia de nabolza. “Con
un posible aumento de entre un 60 y 70% para el año que viene. Porque
rápidamente la dispersan las máquinas. La semilla es redondita, rueda, se va
metiendo en todos lados”, cuenta el ingeniero.
“Ya lo he visto en algunos campos, la maleza entra por un
lote y el mismo productor, con las máquinas o con la hacienda, la desparrama
para el resto de los lotes”, indica. De hecho, la campaña pasada, la misma
encuesta dio que había nabolza en un 30% de los lotes. Muestra contundente que
el avance es veloz.
De la encuesta llevada a cabo por el ingeniero se desprende
también en Azul y en La Dulce (partido de Necochea) se encuentran los focos más
grandes de la maleza. Mientras en que en el resto de los distritos relevados
hay manchones, en algunas zonas más importantes que en otras.
Es más, Gigón ya está recibiendo consultas del norte y el
oeste de Buenos Aires y sur de Santa Fe. “Son máquinas que vienen a cosechar a
esta región y cuando se vuelven se llevan las semillas. La cosechadora es el
dispersante número uno de todas las malezas”, asegura. “Ocurre que en cosecha
los tiempos están muy ajustados y es difícil limpiar bien la máquinas porque
lleva bastante tiempo hacerlo correctamente”, agrega.
Además de por lo rápida, la nabolza es complicada porque es
muy fuerte la competencia que le hace a los cultivos. “Hoy puede afectar el
potencial de rinde de la gruesa entre un 50 y un 80%. Es lo que el productor
puede perder en una situación promedio. Ese porcentaje puede ser menor o mayor.
Hay que tener en cuenta que son plantas que pueden llegar a los dos metros de
altura”, asegura el especialista.
El combate
La principal recomendación que da Gigón para evitar un
escape de nabolza es estar encima de los lotes. “Al ser una maleza que nace
todo el año necesita monitoreo permanente, incluso también durante la fina.
Aunque con un trigo o una cebada se le hace una competencia temprana y la podés
manejar de otra manera”, cuenta.
Más allá de que con los cereales de invierno crecería menos,
el ingeniero explica que “lo ideal para controlar la maleza sería hacer una
pastura donde entre la ganadería y las mismas especies compitan. Es decir, no
aplicar mucho herbicida, sino que la pastura de alfalfa o de avena haga una
competencia, y que la hacienda la coma. Porque las colzas se usan como
forrajeras también, así que la vaca también hace un control”.
En cuanto al manejo químico, la alternativa es “ir aplicando
herbicidas residuales. Y luego post emergentes. Pero siempre cuando la maleza
está chiquita. Porque una vez que elonga, no hay mucho por hacer”.
El malezólogo asegura que la situación respecto a la nabolza
“es bastante complicada. Lo que se está haciendo ahora es el rescate tardío,
una estrategia con post emergentes, como para darle un golpe y si el año viene
bueno la competencia del mismo cultivo la va dejando abajo”, dice.
Y aclara: “El problema es donde no se hace nada y la maleza
crece y al cultivo lo pasa por arriba”.
La mayoría de los lotes que presentan presencia de nabolza
irán a fina en el invierno, con excepción de los que hoy están sembrados con
maíz, que en la primavera recibirán una soja. “Es en esa situación donde
observamos los problemas más graves. Hoy se hace mucho maíz tardío, que se
cosecha tarde y cuando pasa la máquina abajo aparece nabo, rama negra… Esos son
los lotes que van a estar más complicados”, explica.
Yuyo colorado
El segundo puesto en la encuesta realizada por Gigón lo ocupa
el yuyo colorado. “El 15 o 20% de los lotes de la región relevada tiene
problemas. En algunos casos manchones grandes, pero en la mayoría de los lotes
la presencia es las cabeceras, donde entró una cosechadora y largó semillas”,
describe.
Como diciembre fue fresco, el yuyo colorado no creció tan
rápido como la nabolza. Pero ahora ya sí las plantas son grandes. “El que no
hizo aplicaciones todavía, ahora está complicado. Porque los herbicidas de
rescate para nabolza, no funcionan bien en yuyo colorado. Ya lo vimos el año
pasado”, cuenta.
Y hablando de la campaña anterior, la encuesta realizada
hace 12 meses le había dado que el yuyo colorado estaba presente en el 8% de
los lotes. Quiere decir que duplicó su población. En tanto, Gigón cuenta que al
productor que el año pasado se le escapó esta maleza, hoy ya sabe qué hacer.
“Esos ya empiezan a aplicar el herbicida residual. Generalmente él que tuvo
problemas un año, al otro lo controla porque pregunta y empieza a manejar la
maleza de otra manera”.
Rama negra
“Se sigue escapando”, dice Gigón sobre la rama negra.
“Mayormente hay escapes en los lotes que venían de maíces tardíos, porque la
maleza está grande o tapada por la chala, y ahí vienen los problemas de
control. También ocurre mucho que en potreros con ganadería en los que no se
aplicó nada en el invierno y está la rama negra comida por la vaca, las plantas
rebrotan más fácilmente. Las ser cortada por el animal, activa más yemas y se
pone más rústica y más complicada para el control”, explica.
Debido a la seca que hubo en el invierno, los nacimientos
fueron tardíos, ser dieron en la primavera y casi no los hubo antes. Pese a ese
retraso y a que es una maleza ya conocida por el productor, la encuesta indica
que se mantiene entre el 50 y 60% de los lotes. “Sigue siendo la maleza número
uno” a nivel general.
Otros datos interesantes que deja el relevamiento del
ingeniero es que el 80% de los lotes tiene algún problema de maleza resistente
y alrededor del 15% tiene más de una especie. “En lotes hay rama negra y
nabolza y tenés que empezar a mezclar distintos herbicidas. Ocurre que algunos
son antagónicos, se cortan en el caldo, te tapan los picos de la fumigadora,
entonces ahí hay que buscar distintas formulaciones. Algunas son más
compatibles en las mezclas que otras.
Y después hay algunos productos que ayudan a hacer un caldo
más homogéneo, son agentes de compatibilización, generalmente son alcoholes que
ayudan a que se mezclen los productos en el tanque”.
En definitiva, el control cada vez se torna más complejo y
oneroso. Por eso, Gigón insiste en que la clave “es monitorear el lote” para
que la amenaza no se escape y se convierta en un problema sin control.