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Las playas
comprendidas entre Villa Gesell y Mar Azul tienen un estimado de 86,3 toneladas
de residuos plásticos pequeños, una estadística similar a la de otras zonas
costeras del mundo, según un relevamiento de la Facultad de Agronomía de la UBA
(Fauba), que por primera vez calculó la polución de este tipo en las costas
argentinas.
"Se trata
de una problemática a nivel mundial que comienza a generar mucha preocupación
por el proceso acumulativo. Los plásticos no se degradan, sino que se van
fragmentando en partículas cada vez más pequeñas", describió Diego
Wassner, docente de la carrera Licenciatura en Ciencias Ambientales (LiCIA) de
la Fauba.
Y continuó:
"Estos fragmentos, que denominamos meso y micro plásticos, se introducen
en las cadenas tróficas, es decir, son ingeridos por los peces muy pequeños,
que son comidos por otros más grandes y así llegan al hombre, en el que se está
estudiando sus efectos como disruptores hormonales".
El estudio,
difundido por la agencia de noticias universitaria Sobre La Tierra, se realizó
en dos etapas: una en febrero y otra en agosto de 2017, con el objetivo de
comparar la contaminación dentro y fuera de temporada.
"Lo que
medimos fue mesoplásticos en los primeros 10 centímetros de arena, es decir,
fragmentos que no son observables a simple vista, como una botella, pero
tampoco tiene una escala microscópica; no obstante, el tamaño vuelve imposible
su recolección tanto mecánica como manual", describió Wassner.
Telgopor, tanzas y papel film
En febrero de
2017 registraron hasta 38 piezas/m2 de playa, con un peso promedio de todas las
playas y posiciones evaluadas, de 39 g/m3 de arena; en tanto en agosto
contabilizaron hasta 104 fragmentos, con un peso promedio de 43 g/m3.
"Esto,
extrapolado al área de 20 km de playas en las cuales tomamos las muestras,
equivale a entre 7,8 y 8,6 toneladas de plásticos de pequeño tamaño. Lo que más
encontramos fueron colillas de cigarrillo y fragmentos de plástico. También
había restos de telgopor, tanzas de pesca y papel film", contó por su
parte Gonzalo Fernández Zapiola, estudiante de la LiCIA.
El objetivo es
realizar un monitoreo en cuatro o cinco años en las mismas playas relevadas
para poder realizar un seguimiento del nivel de contaminación.
Fernández
Zapiola profundizó en la magnitud de la contaminación: "Se calcula que en
el mundo, cada día se vuelca al mar una cantidad de plástico equivalente a 1.000
camiones de basura. Las proyecciones indican que para el 2050, el océano va a
tener más volumen de plástico que de peces".
Julieta
Genovesi, quien comparte carrera con Fernández Zapiola, se refirió a otros
factores relevantes del estudio: “Pudimos comprobar la influencia contrastante
del turismo y de las medidas municipales de limpieza. A pesar de que en el
verano se tira más basura en la playa, pasan máquinas que recolectan los
plásticos. En agosto, si bien decrece el turismo, también disminuyen las tareas
de limpieza, por lo que encontramos más piezas plásticas por metro cuadrado en
todas las playas, en comparación con el verano”.
El estudio, el
primero en el país en medir la contaminación del plástico de este tamaño,
arrojó resultados "similares" al resto de las zonas costeras del
mundo: "Hay una línea de base a escala global, ningún sitio costero se
salva de eso. En particular lo que nos sorprendió fue que no encontramos
grandes diferencias entre las zonas céntricas y las playas más alejadas".
Tirando redes
Wassner resaltó
la importancia de establecer redes que aporten al estudio y a la mitigación de
esta contaminación. "El proyecto nos sirvió para conocer gente que está
trabajando en el tema en los municipios costeros. Recibimos una gran ayuda
desde el municipio y esperamos que la relación sea duradera".
Fernández
Zapiola explicó que también visitaron una escuela secundaria de la zona, donde
presentaron el proyecto. “Los cuarenta chicos de la escuela, que ya venían
trabajando con sus docentes en cuanto a este problema, aceptaron con entusiasmo
nuestra invitación a participar de los próximos monitoreos. Además, asistieron
a la jornada en la playa y vieron la forma en que trabajamos”.
"Por otra
parte, varios turistas que estaban en la playa se interesaron en nuestras
acciones. El turismo responsable es otro de los aspectos que se deben fomentar
si queremos disminuir la contaminación con plástico", señaló Wassner.
Y concluyó: "Además debemos fomentar mejores políticas de gestión de residuos desde los municipios costeros, lo cual es básico para evitar esta polución a largo plazo".
Fragmentación