Si aún no es usuario y desea acceder a este servicio, por favor, comuniquese con agencia DIB de Lunes a Viernes de 13:00 a 20:00 horas al (0221) 422-0084 o por correo electrónico a ventas@dib.com.ar
Los chicos
miran, a través de microscopios, las formas de las bacterias que afectan la
calidad del agua y luego dibujan aquello que les quedó del taller en papeles
que pueden llevarse a su casa. Son las actividades de la capacitación que
siguió a la instalación de los filtros microbiológicos que, de la mano del
INTA, la empresa social Proyecto Agua Segura colocó en dos escuelas rurales del
departamento tucumano de Burruyacú.
En esta
oportunidad, los filtros beneficiaron a la comunidad de alumnos y docentes de
las escuelas 152 y 242, ubicadas en los parajes El Naranjo y Cañada de
Alzogaray respectivamente. Zona de sierras bajas, ambas localidades no superan
los 2.000 habitantes y se encuentran a menos de 20 km del Gran San Miguel de
Tucumán.
Estas son dos
de las 232 instituciones a las que se acercó el Proyecto Agua Segura durante
2017, con el apoyo del INTA. El trabajo permitió que 10.907 chicos de escuelas
rurales y centros comunitarios de 12 provincias del país accedieran a agua
potable.
Lo dice Julián
Lo particular
de la visita a los parajes de Burruyacú fue la presencia convocante del
conductor Julián Weich, cofundador del Proyecto Agua Segura, una empresa social
que trabaja para dar soluciones concretas ante la crisis del agua en el país.
En esta línea,
Weich expresó: “El INTA es un organismo que nos brinda un fuerte apoyo para
llevar nuestro proyecto al territorio”. “Es un proyecto para transformar agua no
segura en agua segura y el INTA siempre acompaña a nuestro equipo y está
presente en cualquier intervención que realizamos”, aseguró.
La principal
labor de esta organización apunta a trabajar con escuelas rurales, centros
comunitarios y hogares para que accedan a agua segura, a partir del diseño de
una cadena de valor junto con los sectores público y privado y la sociedad
civil. Con esta finalidad, técnicos del INTA acompañan la tarea y facilitan la
llegada del proyecto a las escuelas y centros de la región.
Situación compleja
Para Nicolás
Wertheimer, también cofundador del Proyecto Agua Segura, la problemática del
acceso al agua potable tiene distintas dimensiones: “Afecta la salud, pero
también impacta en la vida social y económica de las familias, ya que las
personas destinan horas en llegar a una fuente de agua y pueden contraer
enfermedades provocadas por el consumo de agua no segura que los llevan a
faltar al trabajo o a la escuela”.
En este
contexto, el especialista advirtió que “la situación es compleja y requiere una
solución integral, que combine tecnología de acceso y calidad de agua,
educación para comprender la importancia del agua segura y los hábitos de
higiene, y trabajo en equipo para poder alcanzar estos logros”.
De sencillo
armado y manejo, los filtros implementados facilitan que el agua de fuentes sin
tratamiento se transforme en apta para consumo humano. Técnicos del INTA
Famaillá y voluntarios de Tarjeta Naranja participaron del encuentro celebrado
en las escuelas.